En el vertiginoso mundo de la tecnología, constantemente emergen nuevas tendencias que moldean nuestro presente y futuro. Desde avances en la forma en que se utilizan los recursos computacionales hasta la optimización de costos en entornos de alto rendimiento, analizaremos las últimas innovaciones que están revolucionando el panorama tecnológico.
En concreto en este artículo, exploraremos las preemptible instances o instancias interrumpibles, es decir, la computación sin garantía de uso.
Qué son las preemtible instances o computación sin garantía de uso continuo
Una de las tendencias más destacadas en el campo de la computación es la denominada «computación sin garantía de uso continuo» o «Preemptible / Spot«. Esta forma de computación se basa en el aprovechamiento de instancias virtuales que pueden perderse o interrumpirse de manera unilateral por parte del proveedor, pero que ofrecen precios considerablemente más bajos en comparación con las instancias tradicionales.
A diferencia de lo que se podría pensar, en las preemptible instances la reducción de precio no compromete la calidad del servicio. De hecho, plataformas líderes como Google Cloud Platform han comenzado a ofrecer máquinas virtuales preemptibles que presentan una reducción de precios de hasta un 30-80% en comparación con las instancias convencionales. Además, se ha implementado un sistema de alerta que notifica a los usuarios sobre la inminente pérdida de la instancia, lo que permite planificar y gestionar adecuadamente las cargas de trabajo.
La incorporación de las preemptible instances o computación sin garantía de uso continuo
La incorporación de las preemtible instances o computación sin garantía de uso continuo requiere un enfoque cuidadoso, ya que implica la posibilidad de perder parte de la infraestructura durante la ejecución de determinadas tareas. Sin embargo, existen numerosas aplicaciones y tareas en las que el uso de las preemtible instances es altamente efectiva.
Por ejemplo, tareas no críticas y asíncronas, como limpieza de directorios y archivos, compresión, análisis de datos durante la noche o días completos, escaneo de virus en lotes de archivos antiguos, búsqueda de patrones, scripts de procesamiento por lotes, transcodificación y recodificación, análisis de datos científicos, entre otros, son candidatas ideales para aprovechar la computación sin garantía de uso continuo. Estas tareas suelen tener un tiempo de ejecución flexible y no dependen directamente de otros procesos, por lo que, permite utilizar sin miedo preemtible instances.
Además, las aplicaciones tolerantes a fallos también pueden beneficiarse de las preemtible instances. Aunque las aplicaciones críticas y sincrónicas requieren instancias virtuales dedicadas, existen áreas específicas, como el backoffice, donde las tareas son críticas pero asíncronas. El análisis de imágenes, el procesamiento de big data y los sistemas que consumen tareas individuales desde un administrador de colas, como RabbitMQ o AWS SQS, son ejemplos donde las preemtible instances o computación sin garantía de uso continuo puede ofrecer ahorros significativos sin comprometer la calidad del servicio.
Consideraciones y beneficios de las preemptible instances o computación sin garantía de uso continuo
En resumen, las preemptible instances o computación sin garantía de uso continuo han surgido como una tendencia prometedora en el campo de la tecnología.
La reducción de precios y la posibilidad de realizar tareas no críticas y asíncronas de manera más económica son aspectos destacados de esta forma de computación. Además, las aplicaciones tolerantes a fallos pueden encontrar beneficios al incorporar instancias virtuales preemptibles en áreas específicas de su arquitectura.
Es importante tener en cuenta que, si bien esta forma de computación puede resultar ventajosa en términos de costos, debe evaluarse cuidadosamente en función de las necesidades y características de cada aplicación. Para aplicaciones altamente dependientes de los recursos y con facturas elevadas, las preemptibles instances o computación sin garantía de uso continuo puede ser una opción a considerar.
En última instancia, mantenerse al día con las últimas tendencias en tecnología y adaptarlas de manera inteligente a nuestras necesidades nos permitirá aprovechar al máximo el potencial de la computación moderna.